CAPERUCITA ROSA
DE ROSA GONALEZ DOMINGUEZ
Hola, me llamo Caperucita Rosa. Vivo
en la ladera de un gran bosque con mi mamá. Ayer ella me pidió que le llevara a
mi abuelita, que vive al otro lado del bosque, unas galletas que ella hizo.
Bueno, pues yo estaba viendo uno de mis programas de televisión favoritos y le
dije a mi mamá que iría más tarde. Ya se imaginarán lo que dijo ella. Cuando
quiere que alguien le haga un favor, tiene que ser al instante, sin importarle
lo que esté haciendo esa persona. Entonces tomé las tontas galletas y me fui.
En el camino me encontré al Gran Lobo Malo. La verdad, no pasé a su lado, él
saltó hacia mí. Les quiero contar que es horrible, pero él piensa que está
bien. Yo iba de mal genio, así que no me interesó saber nada de él, por eso le
dije que se quitara del camino y me dejara llevar las galletas a mi abuela.
Creo que él pudo ver mis intenciones porque salió corriendo. Pues bien, al
llegar donde mi abuelita la encontré en la cama. Creí que estaba enferma o algo
así. ¡Oh, abuelita, tu peluda cara me asusta! Tus ojos están aguados y tu nariz
empapada. ¡Te ves feísima! Ella me dijo que se sentiría mejor después de que se
comiera el postre. Repentinamente, me di cuenta de que el postre era yo. Fue la
forma como lo dijo lo que me hizo entender. Supe que tenía razón cuando saltó
de la cama directo hacia mí, y vi que no era mi abuelita. El Gran Lobo Malo
había tomado un atajo hacia la casa de ella. A pesar de que no tuve una gran
cantidad de tiempo para pensar acerca de eso, me pregunté qué estaría pasando
con mi abuelita. Después de todo, aunque no quería hacerle el favor a mi mamá
en mitad de mi programa de televisión, la abuelita es uno de mis personajes
favoritos. Repentinamente, ella apareció y se veía muy chistosa. Había estado
pisando uvas para hacer el vino de Navidad. Creo que ella se debió haber caído
encima de las uvas, porque estaba púrpura de la cabeza a los pies. Creo que el
Gran Lobo Malo debió haber pensado que ella era un monstruo, lanzó un alarido y
desapareció. Yo corrí y la abracé fuertemente. ¡Mi abuelita es una nota!
EL LOBO CALUMNIADO DE LIEF FEARN
El bosque era mi hogar. Yo vivía
allí y me gustaba mucho. Siempre trataba de mantenerlo limpio y ordenado.
Cuando… Un día soleado mientras yo estaba recogiendo la basura dejada por unos
excursionistas, sentí pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi venir a una
niña vestida en forma muy divertida, toda de rosa y con su cabeza cubierta,
como si no quisiera que la vieran. Naturalmente, me puse a investigar. Le
pregunté quién era, a dónde iba, de dónde venía, etc. Ella me dijo, cantando y
bailando, que iba a casa de su abuelita con una canasta para el almuerzo. Me
pareció una persona honesta, pero estaba en mi bosque y ciertamente parecía
sospechosa con esa ropa tan extraña. Así que decidí darle una lección y
enseñarle lo serio que es meterse en el bosque sin anunciarse antes y vestida
en forma tan extraña. Le dejé seguir su camino, pero corrí a la casa de su
abuelita. Cuando llegué, vi a una simpática viejita y le expliqué el problema y
ella estuvo de acuerdo en que su nieta merecía una lección. La viejita estuvo
de acuerdo en permanecer oculta hasta que yo la llamara. Y se escondió debajo
de la cama. Cuando llegó la niña, la invité a entrar al dormitorio donde estaba
acostado, vestido con la ropa de la abuelita. La niña llegó sonrojada y me dijo
algo desagradable acerca de mis grandes orejas. He sido insultado antes, así
que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran para oírla mejor.
Me gustaba la niña y trataba de prestarle atención, pero ella hizo otra
observación insultante acerca de mis ojos salidos. Ustedes comprenderán que
empecé a sentirme mal; la niña tenía una bonita apariencia, pero era muy
antipática. Sin embargo, seguí la política de poner la otra mejilla, y le dije
que mis ojos me ayudaban a verla mejor. Su siguiente insulto sí que me
encolerizó. Siempre he tenido problemas con mis dientes tan grandes, pero esa
niña hizo un comentario muy desagradable. Sé que debía haberme controlado, pero
salté de la cama y le gruñí enseñándole mis dientes y le dije que eran grandes
para comerla mejor. Ahora seamos serios; ningún lobo puede comerse a una niña.
Todo el mundo lo sabe, pero esa niña loca empezó a correr alrededor de la
habitación gritando, y yo también corría detrás de ella tratando de calmarla.
Como tenía puesta la ropa de la abuelita, me la saqué, pero fue peor. De
repente la puerta se abrió y apareció un leñador con un hacha enorme. Yo le
miré y comprendí que corría peligro, así que salté por la ventana y escapé. Me
gustaría decirles que éste es el final de la historia, pero, desgraciadamente
no es así, pues la abuelita jamás contó mi parte de la historia. Y no pasó
mucho tiempo sin que se corriera la voz de que yo era un lobo malo. Y todo el
mundo empezó a evitarme. No he vuelto a saber nada de esa pequeña niña
antipática y vestida en forma tan rara, pero yo nunca más pude ser contar mi historia.
a) ¿Qué te parece esta historia?
¿Qué sensaciones has tenido? ¿Cómo crees que se sentía el lobo? ¿Cómo crees que
se sentía Caperucita?
b) ¿Quién tiene miedo al lobo feroz?
¿Pensáis que el lobo es más agresivo que otros animales? ¿Tenéis miedo a alguna
otra cosa? ¿A qué cosas tenéis miedo?
c) ¿Os gusta obedecer? ¿Cómo
obedecéis? ¿Pensáis que hay que obedecer siempre? ¿En algún momento os habéis
sentido con la necesidad de desobedecer?
d) ¿Cuáles eran tus sentimientos
hacia el Lobo en la Caperucita Roja, antes de haber oído este cuento?
e) Ahora que escuchaste la historia
del Lobo, ¿cómo te sientes respecto a él?
f) ¿Cuáles eran tus sentimientos
respecto a Caperucita Roja antes de oír este cuento?
g) ¿Qué piensas ahora de Caperucita
Roja?
h) ¿Ha existido en tu vida una
situación en que has pensado de una manera y has cambiado de opinión al
escuchar el punto de vista de la otra persona?
i) ¿Qué has aprendido de esta
historia y de su discusión?